"...En esta fecha (25 de Noviembre), no puede olvidarse a ‘LAS OTRAS MUJERES’, las mujeres transgénero, más aún cuando, por azar del destino, en esta exacta fecha, el 25 de noviembre de 1997, también logramos, con ellas, a base de una lucha colectiva, inclusiva, multidiversa y no sectaria, la despenalización de la homosexualidad, que estaba penalizada en el país con prisión, como herencia vetusta y discriminatoria de la mentalidad garciana nacional a fines del siglo 19 e inicios del 20.

Durante la lucha del '97 pelearon, fueron torturadas y detenidas cientos de mujeres trans, así como lucharon algunos, más bien pocos, defensores de DDHH que se atrevieron a cruzar el umbral de ‘lo políticamente correcto’ de aquel entonces, pues el lente de los derechos estaba empañado (¿y ya no lo sigue estando, o sí?) por los prejuicios ideológicos y sexistas que han corroído siempre a una buena parte de las izquierdas y a los convencionalismos sociales, morales y, sobre todo, religiosos de la tendencia institucional de dicho movimiento...

Entonces 'las papas quemaban' tanto , que a varias de aquellas mujeres trans, detenidas en el CDP, los policías las sodomizaron usando toletes pintados con dibujos fálicos y escritos con el nombre de Alexis Ponce, "porque ustedes no tienen derechos y nadie les va a defender". Eso sucedía en Ecuador en aquellos olvidados años, rescatados sistemáticamente por las amigas y amigos Karina Rashell, Estrella Estevez, Gonzalo Abarca C. y Geovanni Jaramillo.

Cerca de una veintena de esas mujeres, militantes de la extinta Asociación 'Coccinelle', fueron asesinadas (ejecución extrajudicial se decía en aquellos años), sometidas previamente a torturas. Sus cadáveres aparecían en la quebrada del Machángara en Quito o en la Vía Perimetral de Guayaquil, con sus muñecas maniatadas con alambres de púas. Los jefes policiales de esa época eran antiguos miembros del SIC-10 y a uno de ellos, famoso por su participación en la ejecución del ex-mejía Ricardo Merino, le hice quitar el cargo de agregado policial del Ecuador en Chile y ser trasladado al país..."

-Alexis Ponce
Hasta 1997 el Art. 516 inciso primero del Código Penal del Ecuador tipificaba como delito la homosexualidad en los siguientes términos: “En los casos de homosexualismo, que no constituyan violación, los dos correos serán reprimidos con reclusión mayor de cuatro a ocho años.”

La detención masiva de cien homosexuales en la ciudad de Cuenca en 1997 desata denuncias y solidaridades que crean el ambiente propicio para denunciar la inconstitucionalidad del Art. 516 del Código Penal. En efecto, en septiembre de ese año, varias organizaciones de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y transgénero (GLBT) y de derechos humanos, presentaron ante el Tribunal Constitucional (en adelante TC) una acción de inconstitucionalidad contra el mencionado artículo.

En noviembre de 1997 el TC resuelve aceptar parcialmente la demanda formulada y declarar la inconstitucionalidad del inciso primero del artículo 516 del Código Penal, y suspender totalmente sus efectos.




El resultado de esta investigación es la edición/diagramación/producción/difusión de una publicación que captura las voces y conmemora las vidas de quiénes lograron despenalizar la homosexualidad en nuestro país.


La población LGBTI es reconocida actualmente dentro de nuestra constitución como uno de los grupos vulnerables y de atención prioritaria a pesar de ser la despenalización de la homosexualidad un hito en la historia de esta población no hay un registro sistemático del proceso que desembocó en la derogación del primer párrafo del artículo 516 del Código Penal, que criminalizaba la actividad sexual entre personas del mismo sexo con una pena de cuatro a ocho años.


Las maricas no olvidamos nace de una investigación artística que comencé a desarrollar desde la producción y difusión de mi primer fanzine llamado Máquina Púrpura que es un publicación independiente que aborda lo la estética queer, el pensamiento transfeminista, lo torcido y las disidencias sexo-genéricas. Entonces comencé a notar que en la escena de las autopublicaciones, fanzines y fotolibros existía muy poco espacio dedicado a cuestiones reivindicativas de la igualdad de género, disidencia sexual o visibilización de corporalidades que no respondan a cánones tradicionalistas y el poco material al que se podía acceder siempre asociaba a la mujer exclusivamente con menstruación y ginecología natural, a la disidencia sexual únicamente con el imaginario de hombre gay o la transición de género como un proceso siempre tortuoso y que trata de engañar; estas razones me llevaron a crear un fanzine que mostrara el empoderamiento de los cuerpos transgresores y las variadas dinámicas de construcción de género/sexualidad/performatividad que no solo responden al binario y la heteronormatividad.